Estaba haciendo limpieza en los armarios de mi oficina porque ya se sabe guardamos muchas cosas que luego no nos sirven para nada, sólo para molestar y me encontré con este libro titulado "SERONDA TEMPRANA". ¡Cuantos recuerdos!... Este libro fue editado por el Instituto de Bachillerato de Pola de Lena y en él se recogían los trabajos en prosa y en verso presentados por alumnos para el Primer Certamen Literario que empezó a celebrarse en el Centro y organizado por el Seminario de Lengua y Literatura, compuesto por los profesores -a los que quiero recordar- Guadalupe Sánchez Enríquez, Julio Concepción y Ascensión Herrero,de esto estamos hablando del curso 1977/78. ¡Ya llovió!....
Estuve leyendo los poemas y los trabajos en prosa escritos por los alumnos de aquel entonces.
Son todos muy bonitos pero me llamó la atención uno de Laura Antolín que recordaba a un alumno con el que todos sufrimos por su muerte y que con el paso del tiempo ya se tenía olvidado, pero al leer este poema me acordé perfectamente y se me saltaron las lágrimas.
Amador era un niño de Parana, un pueblo cercano a esta Villa. Por aquel entonces los alumnos comían en el comedor del Centro ya que las clases eran por la mañana y por la tarde y la convivencia entre los alumnos era más intensa que ahora -bueno es lo que yo pienso-. Y me trajo al recuerdo pequeñas pinceladas de las horas del comedor, de Amador, del entierro tan triste y espectacular a la vez porque ver un entierro lleno de gente joven y llorando a grito vivo, se te ponía la carne de gallina y el vello de punta.
Nunca entendimos por qué Amador hizo lo que hizo... pero en fín, voy a colgar en mi blog este poema de Laura Antolín
¡Es tan triste suicidarse en primavera!
Estuve leyendo los poemas y los trabajos en prosa escritos por los alumnos de aquel entonces.
Son todos muy bonitos pero me llamó la atención uno de Laura Antolín que recordaba a un alumno con el que todos sufrimos por su muerte y que con el paso del tiempo ya se tenía olvidado, pero al leer este poema me acordé perfectamente y se me saltaron las lágrimas.
Amador era un niño de Parana, un pueblo cercano a esta Villa. Por aquel entonces los alumnos comían en el comedor del Centro ya que las clases eran por la mañana y por la tarde y la convivencia entre los alumnos era más intensa que ahora -bueno es lo que yo pienso-. Y me trajo al recuerdo pequeñas pinceladas de las horas del comedor, de Amador, del entierro tan triste y espectacular a la vez porque ver un entierro lleno de gente joven y llorando a grito vivo, se te ponía la carne de gallina y el vello de punta.
Nunca entendimos por qué Amador hizo lo que hizo... pero en fín, voy a colgar en mi blog este poema de Laura Antolín
"Para Amador, a quien ni siquiera
conocí, pero que se suicidó
un día de primavera".
Sin conocerte,
sé de tus extraños pesares,
conozco tu desesperación,
imagino tus ansias,
oigo la Canción de la Muerte
que murmurabas sin oírte,
cuando comprendiste
que debías suspender
el frágil hilo de tu vida,
en un suave amanecer de primavera.
¿Dónde dejaste marchitar tus penas?
¿Dónde enterraste tus lágrimas de polvo?
¿Dónde enterraste tus lágrimas de polvo?
¿Por qué no las hiciste florecer?
¿Por qué no te miraste en su arroyo?
Ahora que ya no eres,
ahora que tus ojos ya tus ojos no ven,
pensamos en tí,
en tus extraños pesares,
en tu desesperación,
en tus ansias,
en la Canción de tu Muerte.
No te conozco.
Ya no flotas sobre lagunas de amargura.
No te conozco.
¿Hubiera podido ayudarte?
(Supongo que no).
¿Por qué no me escupiste tus penas?
Ya no eres,
ya no sueñas,
ya no sufres,
ya nunca podrás ofrecernos
tu sonrisa,
tu pena.
.......................................................................................................
Hoy hace sol.
¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas del sol?
Hace sol, estamos en primavera.
¿Por qué no deshojaste tus penas?
¡Es tan triste suicidarse en primavera!
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